A mucho de nosotros en el transcurso de nuestra vida y queriendo dar una sorpresa a un familiar o amigo, sin darnos cuenta o ser consecuente de ello, cometemos el error de sobrepasar los limites establecido que separan lo placentero de lo dramático. Llegando incluso a veces y sin quererlo, a tener que lamentar la situación.
COMENTARIO DEL ADMINISTRADOR
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